Nadie es perfecto. Todos tenemos "defectos" físicos, unos más que otros, pero no hay nadie físicamente perfecto y además la perfección es relativa, es también cuestión de gustos.
La gente se cuida cada vez más. Mujeres y hombres. A nadie le gusta una lorza o un grano. Casi todos intentamos mostrar una imagen atractiva, o al menos, correcta. Y los modelos (y actores, presentadores, azafatas, etc...) lo hacen con especial cuidado porque su imágen es muy importante en su trabajo.
A veces lo que para uno es un defecto, para otro no lo es. Un lunar o
una cicatriz puede convertirse en una marca de identidad y de
distinción. Si el fotógrafo o retocador lo elimina, puede causar el
enfado o malestar del modelo. Por eso yo siempre pregunto las
preferencias del modelo, si quito o no un lunar, un tatuaje o una
cicatriz. No tengo inconveniente en hacerlo o en no hacerlo, dentro de
unos límites razonables.
Últimamente hay una campaña a favor de lo natural, de las curvas, de
mostrar el cuerpo "tal y como es", evitando estereotipos y "Photoshop
free", es decir, "sin retoques".
A mí no me gusta retocar en exceso los retratos.
Muchas veces vemos fotografías que apenas se parecen a los retratados.
Se modifica la textura de la piel, se cambia el color de ojos, se
amplian los pechos, se reduce el culo... A mí no me parece bien, aunque
el resultado parezca "mejor". Además, muchas veces con un buen
maquillaje, una buena iluminación y unas poses cuidadas, se pueden
conseguir retratos más atractivos.
El Photoshop no tiene porqué ser algo malo. Y cuando digo Photoshop, me refiero a cualquier programa de edición fotográfica, que hay un montón. Para empezar, las cámaras no siempre reproducen correctamente los colores, ni reproducen a la perfección las gamas tonales. La mayoría de las fotos requieren al menos de un ajuste de niveles, contraste, saturación y temperatura de color. Además, a la hora de tomar la foto, se nos puede pasar por alto la presencia de una mancha en la ropa, o un pelo, o una sombra producida por una mota de polvo en el sensor. O un defecto de maquillaje o una sombra desafortunada. No es un pecado corregir esas cosas que pueden arruinar un buen resultado.
Ético o no ético, eso depende de cuál sea nuestra intención.